«NO LLORES POR MÍ» EN EL TEATRO DEL MUELLE

«NO LLORES POR MÍ» EN EL TEATRO DEL MUELLE

28/11/2017 Desactivado Por Lula Grandon

El próximo 5 de diciembre a las 21 hs. el elenco estable del Teatro del Muelle de Puerto Madryn presentará por última vez en el año la obra «No llores por mí», con nuevas actrices y nuevas escenas. Anticipadas, $100 en el Teatro del Muelle o comunicándose con integrantes del elenco. Aforo limitado.

Chubut Cultural se acercó a la sala ubicada en Av. Rawson 60 antes de uno de los ensayos semanales del grupo. Entre otras cosas, tuvimos un adelanto de la próxima función…

Mariana: Tenemos tres integrantes nuevas en el elenco, dos actrices nuevas en escena y una nueva escena que hemos construido en los últimos ensayos. Así, «No llores por mí» se presenta en su versión final.

Alice: El teatro periodístico es una técnica que trabajamos desde el Teatro de las Personas Oprimidas, con noticias de periódicos y textos históricos «oficiales». Lo que hicimos para esta obra fue seleccionar un par de momentos de la historia que nos convocaron a hacer y otros que queríamos trabajar, entonces, con las notas de periódicos actuales y los textos históricos, hicimos un trabajo cruzando ese material, seleccionando frases, para encontrar qué ideologías, qué maneras de pensar estaban por detrás de cada manera de hablar, desde la versión oficial o desde el periodismo actual, cruzando lo que pasó en la historia de Argentina con lo que está sucediendo ahora.

El teatro y la escuela

Elbio Mellado nos cuenta que llevaron «No llores por mí» a dos escuelas (la 7707, de Madryn, y la 7710 «Patagonia Rebelde», de Puerto Pirámides), además de funciones para establecimientos educativos en el Teatro del Muelle.

ChC: ¿Y cuál fue la respuesta de las instituciones ante este tipo de propuesta teatral?

Mariana: Nosotras hicimos contacto con compañeras que trabajan como docentes en escuelas secundarias, no con los equipos directivos, fundamentalmente por los tiempos. Y trabajamos mucho en crear una carpeta, con la colaboración de varias compañeras profes de Historia, Construcción Ciudadana, etc., para darle un marco a la presentación de la obra, que tuvieran actividades previas al visionado de la obra y algunas posteriores, con alguna producción. La verdad es que no vimos ninguno de esos trabajos posteriores, pero durante dos semanas vinieron escuelas, hicimos debates… y el feedback inmediato fue increíble. Ver a los pibes y a las pibas en silencio, enganchados y mirando mientras les estás hablando de historia, es un montón.

Tatiana: Pero también nos encontramos con esta visión sobre si hacer política o no en la escuela, y este enojo de algunas docentes. Y si es una obra que trata sobre la historia argentina, claramente va a tener un punto de vista, porque somos un elenco que tiene su impronta… claramente estamos haciendo político en la escuela. La escuela es un lugar político.

Marcela: Lo que yo observé fue que la respuesta de los chicos era quedarse con preguntas, lo cual me parece que es buenísimo. Por ejemplo, y esto fue muy gracioso, ante la frase «Cayó Isabelita, cayó Isabelita», las preguntas: «¿Quién es Isabelita? ¿Dónde se cayó?» (risas) ¡Está buenísimo! Porque así como surgen esas preguntas, también aparecen otras. O también esto de, «pero, ¿están siendo irónicos o lo están diciendo en serio?»

Mariana: A mí una frase que me quedó fue la de un chico de la 7707, que cuando estábamos en el debate nos dijo que la obra era tan divertida que no le prestaban atención a lo que decíamos (más risas). Pero después ese mismo pibe me mostró un video que había grabado durante la obra y me marcó errores de actores y actrices, que no había visto mientras grabó. O sea, hasta ese lugar llegó la atención. Y son estudiantes de Teatro también en esa escuela, entonces, que vean cuestiones teatrales así, también está buenísimo.

Una obra sin banderas

Hay, en este elenco, presencias que simbólicamente hablan de un territorio mucho más amplio que la Argentina. Alice, que oportunamente nos explicó de qué se trata el teatro periodístico, es brasileña. Desde allí viene a contar su parte en esta historia. Como Yulieth, colombiana, recientemente incorporada al grupo, junto a Marcela y María, argentinas ellas, como el resto de los integrantes. Desde cada lugar, los sujetos que son parte de este proyecto vienen a plantear con lucidez e ironía, pero con un notable manejo escénico también, los puntos flacos del discurso histórico dominante, que con matices se repite a lo largo y ancho del continente.

Mariana nos revela que la nueva escena que agregaron es sobre el genocidio contra paraguayos y paraguayas, conocido como «La Guerra de la Triple Alianza». «Teníamos muchas ganas de que apareciera porque es un momento nefasto de la historia de cómo se construye este Estado, lo que celebramos en las fechas patrias, este concepto de Patria, Soberanía, Identidad Nacional… todo eso está construido sobre momentos tan nefastos como el genocidio de todo un pueblo, de un país, o el genocidio de nuestros pueblos originarios», dice. Y se van acoplando las voces.

Elbio: Es que la historia de los Estados está construida sobre eso, el exterminio…

Marcela: Sobre sangre. ¿Qué bandera me representa, con todos estos genocidios que están por debajo? Y vos fijate la característica de «No llores por mí»: tenemos una actriz de Colombia y una de Brasil haciendo una obra sobre historia argentina. Eso es una característica latinoamericana que es genial, ¡ahí estamos haciendo un cambio!

Alice: Es como dice Yulieth, infelizmente las historias son muy similares, trágicas. Pero es lindo hacer este plan de estudio más amplio, salir un poco de las fronteras y ver que tuvimos unas peleas muy parecidas. Dimensionar todo eso, que todos los países fueron teniendo estos procesos, fue un crecimiento muy grande. Me parece que da más fuerza para pelearlo, dentro de las escuelas principalmente. Volver a ver cómo estudié la Guerra del Paraguay, que para los paraguayos es la Guerra Grande, mirar los libros que yo estudié y mirar la fotito de Solano López al que le pinté nariz de payaso, no sé por qué, tenía 15 años… volver a mirar eso y encontrar otra manera de contar la historia.

El ensayo ya no puede esperar más y sobre el final, con una urgencia en la voz que bien sirve como muestra de lo que pasará en «No llores por mí», Elbio habla. O más que eso, proclama. «Para el adulto y la adulta lo que viene a mostrar la obra, es que los procesos de avasallamiento se aggiornan pero siguen siendo exactamente los mismos. Y que hay un imperio detrás que supera la fronteras, las banderas, de una Latinoamérica que está devastada pero que tiene mucho más para ser devastado. Y todo se cruza con este presente nefasto que estamos viviendo en Argentina, en Chile… la obra marca eso, que lo que pasó en 1840 hoy también está pasando, de otra manera y con otras artimañas, y hasta con un poder mucho más grande que es el de los medios, que establecen una línea de pensamiento social y colectivo que nos supera a la hora de pensar. Cuando tenemos que estar pensando en cuestiones económicas, en cómo comemos, cómo pagamos el alquiler, cómo llegamos a fin de mes, hay cosas que no nos importan más. Entonces canto el himno y no me importa cómo es que ese himno llegó a ser escrito, o venero a Sarmiento sin pensar quién fue Sarmiento y por qué llegó adonde llegó. Por eso me parece que es importantísimo no sólo que llegue a las escuelas, sino también que nuestra generación vuelva a replantearse lo que recibió como formación de pensamiento. Eso», cierra Mellado. Y lo mismo decimos. Eso. Vayan a verla.