ISTVANSCH Y SUS PAPELES MÁGICOS.

Verlo, escucharlo sumergirse en sus narraciones y dejarse  atrapar por el amor a los libros que contagia es un  placer. Caras raras, risas, gestos, imitaciones y tonos de voz que envuelven son algunas de las herramientas que Istvansch despliega en sus charlas. Diseñador, ilustrador, escritor y director de las colecciones de libros para niños de  Ediciones del Eclipse. Santafecino de crianza comenzó su carrera muy joven, a  los 18 años escribía y publicaba sus primeras historietas  y comenzaba a crear algunos de  los libros objetos que cobrarían un lugar preponderante en su vida (son sus favoritos, comentó). Ganó algunos premios y nada más que Fontanarrosa y Quino pusieron el ojo en su obra pensándola para libros infantiles. De allí lo recibieron Graciela Montes, Laura Devetach  y Buenos Aires   y desde allí descubrió el placer de hacer un objeto integral y perdurable que es el libro.

“Libros provocadores, con particularidades.  Libros de sorpresa, que es lo que se busca provocar y libros con una automática apropiación de los chicos, eso es lo que hago”, explica el artista y a su vez comenta que cuando los adultos ven eso, inmediatamente también se los apropian y dejan de lado la timidez de seleccionarlos.  Hay una mediación que pasa por los chicos.

“Los libros están hechos desde un espacio lúdico que apuesta a ciertas cosas que no sólo tienen que ver con los chicos sino con el  hacer, son libros para cualquiera, sin  edad. El adjetivo infantil no vale”,  enfatiza el ilustrador. A su vez destaca que los libros no tienen edad y  son los adultos que prejuzgan  si los niños los van  a saber  manipular o no. Por el contrario, son los pequeños los que se ocupan de buscar nuevos significados, códigos dejando en claro que no hay dificultad alguna para disfrutarlos.” Los chicos se meten en el libro, se fascinan con la propuesta de meter el cuerpo, de jugar,  de liberarse a los adultos les cuesta más”, afirma el autor.

La técnica

Papel y tijera es la técnica, en un noventa por ciento de la obra la realización es manual. La marca personal  es el papel y  no hay nada que sea  digital “no me gusta no me da placer, no me llevo con eso, pero si el libro lo necesita,  dibujo o implemento  otras técnicas  y se los doy, a veces el libro necesita cosas que van más allá que el recortado”, explica Istvansh.

Viajero constante y miembro de los planes nacionales de lectura, parte para Mendoza y La Rioja luego de su visita a Puerto Madryn, donde brindó su charla ante un auditorio repleto en la Univetsidad  Nacional de la Patagonia, San Juan Bosco. Llevando el arte y el amor a la lectura.

“Hay que leer, no guiarse por cartelitos que dicen lo que hay  que comprar. Segundo que hay que comprar lo que uno siente placer al leer y siente que se lo está apropiando y va a poder transmitir esa pasión que le ha despertado el libro en sí, siendo ésta la mejor estrategia para comunicar  que es la lectura al otro”, enfatiza desde la propia experiencia. “El precio no tiene nada que ver, quizás el que le gustó tanto sale un precio más elevado o el equivalente  a quince libros pequeños, pero que no van a producir el efecto que  va a generar  ese libro importante o que le llamó la atención y por eso lo valen.  Los libros no son caros pueden llegar a ser baratos y precisamente por algo son baratos, porque hay mala calidad, porque es mala la escritura porque se los hace rapiditos, porque las imágenes no están cuidadas, los libros para niños que parecen caros son los que tienen el precio que corresponde”, comenta el autor. Permitirse seleccionar desde el propio interés, para saber que es un libro, que es lo que nos provocó y que es lo que vamos a transmitir.

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